El Reloj
Estoy en una habitación en
silencio, lo único que puedo escuchar es la manecilla del reloj, aquel
segundero que comienza a resonar cada segundo, mientras tanto yo aquí, viendo
cómo el tiempo avanza alrededor de doce simples números. Quisiera detener el
tiempo, es más, quisiera retrocederlo. Quisiera que, por arte del destino, todo vuelva atrás, que los segundos ya no
avancen, pero ellos siguen incesantes y sin parar, con un rumbo fijo y sin
mirar hacia atrás.
Cada
sonido es un segundo menos o ¿es un segundo más? No lo sé…
Quiero
detener el tiempo, quiero detener el tiempo…- me repito desesperado- …quiero
pararlo, una manera, una forma…
Me
doy cuenta que nada puedo hacer, levanto mi brazo y sostengo el reloj, ubico el
lugar de la batería y se lo arranco.
-El
tiempo ya no avanzará más, por lo menos para mí.
Aunque,
de ahora en adelante, el cielo se encargaría de contradecirme cada día…
Fredderick Sterna N.
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