martes, 15 de octubre de 2013

El día que nunca ocurrió (1ra Parte)


El día que nunca ocurrió




Hoy es 15 de octubre del 2013, llegué a la oficina sin sobre tiempos, en conclusión, fue una mañana tranquila, no como el día de ayer, que me sentía triste, abrumado y aburrido, pero eso fue ayer y queda ahí, encerrado en la bóveda del olvido.

Estaba sentado frente a una computadora dedicándome a pensar en una gran idea que transforme mi día, por alguna razón me sentía con energías. Ah!, hoy era martes.

En los noticieros muchas veces habían comentado que en cualquier momento podría ocurrir un terremoto por aquí (Lima) como ya ha ocurrido en muchas partes del mundo, pero aún el planeta nos mantenía en suspenso, aunque a veces nos dejaba pistas, esos leves sismos que causaban miedo en la mayor parte de la población.


No es que lo deseara, pero a veces las cosas pasan cuando menos uno se lo espera…


Según el reloj faltaban dos minutos para la una de la tarde. El silencio en la oficina se hacía notar, de vez en cuando aquello era interrumpido por algunos pasos apresurados, que subían y bajaban por las escaleras que se encontraban a unos metros donde me ubicaba yo. Una canción romántica sonaba por la radio, hacía que el ambiente se notara extraño, por mi parte me hacía sentir anestesiado.

En medio de todas estas circunstancias comencé a percibir un sonido que procedía de fuera, pero parecía muy lejano, tenía la impresión de que daba señales de una explosión, pero poco a poco este sonido se hacía más fuerte y cada vez se acercaba más, o eso fue lo que imaginé.


Me levanté de mi asiento casi instantáneamente luego de sentir leves movimientos en el cuarto, mis compañeras en la oficina también lo sintieron, en ese momento eran sólo dos,  y por su aspecto, diría que estaban más preocupadas de lo que yo podría estar.  Les dije que se calmaran, que ya pasaría, funcionó. Poco a poco nos calmábamos de lo que estaba ocurriendo, les comenté que era mejor que saliéramos de ahí. Justo en ese momento lo que parecía leve se convirtió en algo demasiado brusco, toda la oficina temblaba, la luz del fluorescente  se prendía y se apagaba haciendo que aparecieran chispas que salpicaban por todo el lugar, veía cómo las paredes se rajaban y los monitores caían sin poder hacer nada, el vidrio de las ventanas y el de las puertas comenzaban a reventarse, los muebles caían precipitadamente dejando el lugar en un completo desastre. Estaba consternado, pero si lo tomaba con razonamiento, sentía mucha adrenalina, podría sentir un sentimiento de emoción. Mis compañeras asustadas hicieron todo lo posible para salir de ahí, yo hice lo mismo, avanzamos apresurados en busca de la salida, cuando me di cuenta ya me encontraba fuera, la calle era un caos, veía los buses atorados en tráfico, la gente saliendo de ellos y corriendo sin un rumbo fijo, algunos postes de electricidad habían sucumbido a la fuerza de la naturaleza, varios de esos cables parecían que quisieran correr y huir pero su destino era seguir haciendo lo mismo, jamás conocerían la verdad. Los ladridos de los perros se escuchaban por todas las calles, era impresionante escuchar tanta multitud de esos animales.


De repente un gran rugido llenó las calles de desesperación, era la primera vez que veía las pistas partirse en pedazos, era tal la distorsión del lugar que cada vez se volvía más irreconocible, unos pasos en falso y podría salir herido, tenía que tener mucho cuidado, pensé en mi casa, en mi familia… sentí que me necesitaban, no estaba lejos, no había mucha distancia, tenía que llegar lo más pronto posible, estaba decidido. Miré mi camino y vi la destrucción que ahora era ya total, esto ya no se parecía a una ciudad, todo se había transformado, el camino ya no era corto, son cosas que no se pueden describir con palabras, es un sentimiento tan hondo que llega hasta los huesos… me incorporé y levanté mi mirada hacia el horizonte, no quería pensar en lo demás.


Y comencé a andar, sentí un dolor dentro de mí, me estrujaba el estómago… jamás lo imaginé así, que esto se hubiera hecho real, sin embargo pasó.


Hoy es 15 de octubre, el día en que todo ocurrió:


Un terremoto en Lima.


Continuará…



Fredderick Sterna N.

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